La compañía de teatro de Badalona ofreció un extraordinario espectáculo: una buena historia, un montaje eficaz y una extraordinaria demostración de la técnica. Quizá hemos olvidado que había una época analógica. Son cosas del pasado. A pesar de vivir en la era digital, los de Xirriquiteula sumergieron al público en un mundo mágico utilizando herramientas analógicas.
Laika es de sobra conocida en la historia de la conquista espacial. Fue el primer ser vivo en salir al espacio y se convierte en el protagonista principal de la obra. En plena guerra fría, EEUU y Rusia se enfrentaron. La trama se sitúa en Rusia, en el momento en que el perro que vive en la calle capta la atención de la mujer que trabaja para el ejercito. La obra plasma el proceso de salida a la órbita de Laika mientras profundiza en la amistad entre los dos protagonistas. El final de la verdadera Laica es conocida por todos: aunque el primer visitante del espacio aterrizó muerto, en la obra no se oculta el desenlace. La mujer siempre recordará al animal inteligente y vivo que conoció en otro tiempo en la calle.
La obra, considerada en su conjunto, es una obra extraordinaria. Por una parte todo el trabajo técnico: los elementos analógicos para ofrecer imágenes y su uso, el control de luces y sonidos sobre el propio escenario. Y, por otro, el trabajo actoral. Fue una interpretación de distintos y variados personajes continuo. Entre todos, se le debe una mención especial al actor que da vida al perro a través de la manipulación de la marioneta, movimientos y sonidos ¡parecía real!
“Laika” queda grabada en nuestra memoria.
Jon Ander Ubeda.