Cerramos el curso de autoregulación llevando la atención a la columna vertebral para apreciar sus curvaturas naturales y aprender un poco más sobre ellas y de nuestra propia historia inscrita en ellas.
LA COLUMNA VERTEBRAL EJE DE LA PRÁCTICA DE YOGA
En la tradición yóguica la columna vertebral recibe el nombre de Meru Danda. En sánscrito Meru hace referencia a la montaña sagrada, el monte Kailash y danda significa bastón. Meru se describe como un eje cósmico que simboliza la conexión entre lo físico y lo metafísico. También encontramos esa connotación sagrada en el nombre que recibe el hueso base de nuestra columna vertebral: el sacro.
Cuando nos colocamos de pie en Tadasana o la postura de la montaña lo que buscamos es enraizarnos activando los pies y crecer orientando la cabeza relajada desde la coronilla hacia el cielo. Las fuerzas que vienen de arriba y las fuerzas que vienen de abajo confluyen en el sacro que con su forma triangular amortigua el peso y proporciona a la columna la estabilidad necesaria para poder soportar adecuadamente el peso de la parte alta del cuerpo. La fusión de las vértebras del sacro es una adaptación a modo de radar para que cualquier movimiento del pie pueda transmitirse a la columna. Todo peso contrae, aunque si se distribuye bien y dirigimos nuestra atención a recentrar el peso podemos visualizar observando la postura de perfil que la línea de la gravedad une los siguientes puntos de referencia: tobillo, rodilla, cadera, curva vertebral lumbar, curva vertebral cervical y orificio auditivo. La postura equilibrada de ésta manera es aquella en que las estructuras óseas y articulares y los tejidos blandos se encuentran sometidos al mínimo grado de tensión y minimizando la fatiga muscular repartiendo adecuadamente las cargas sobre las articulaciones vertebrales.
FUNCIONES DE LA COLUMNA VERTEBRAL
- Mantener el cuerpo erguido en contra de la fuerza de la gravedad
- Permitir los movimientos del tronco
- Ser punto de anclaje para músculos y órganos internos
- Proteger la médula espinal
RESPETAR LAS CURVAS NATURALES ES SAGRADO
¿Sabías que tenemos cuatro curvas fisiológicas naturales en la columna vertebral? ¿Y que es muy importante respetarlas para mantener una espalda sana y flexible? Así pues, vista de perfil distinguimos tres regiones en la espalda:
- La parte alta con una curva entrante (cóncava) la lordosis cervical.
- La parte media con una curva hacia fuera (convexa) la cifosis dorsal.
- La parte baja con una curva entrante (cóncava) la lordosis lumbar.
Y el sacro, que es la fusión de cinco vértebras, se considera la cuarta curva y, como la dorsal, es una cifosis. La columna vertebral termina en el coxis.
Esa ondulación de nuestras curvas es fundamental pues absorben como un muelle las fuerzas de impacto que se producen al caminar, correr o saltar y ayudan a mantener el equilibrio corporal. Es por ésta razón que la columna vertebral puede absorber cargas bastante más elevadas que si estuviera recta. También sabemos que la función de las lordosis es el movimiento y la función de la cifosis es la protección ya que los órganos vitales están en las cifosis.
Cuando éstas curvas naturales se reducen rectificándose o se acentúan demasiado estamos ante alteraciones que suponen un desgaste importante por el incremento de la presión en los discos intervertebrales y eso provoca rigidez, limitación de la movilidad y, en algunos casos, dolor de espalda por compresión nerviosa.
Para poder evaluar la comprensión e integración de éstas curvas naturales en nuestro propio cuerpo y en el de los demás, entre otras prácticas, utilizamos la guía de un bastón y por parejas observamos si somos capaces de mantener la pelvis neutra y la cabeza alineada con la columna desde la postura del gato. Si mantenemos las curvas naturales el bastón solamente tocará tres puntos: el sacro, la zona dorsal y el occipital, la parte posterior de la cabeza. Y observaremos que el huequito de la curva lumbar y cervical es suave y suficiente para que pueda pasar nuestra mano por debajo.
UN EJEMPLO DE ALTERACIÓN DE LA CURVA A NIVEL LUMBAR
Podemos encontrarnos con una acentuación de la curvatura lumbar (hiperlordosis lumbar) por ejemplo por una contractura diafragmática. El diafragma, el principal músculo de la respiración puede que esté bloqueado por un origen emocional o por cualquier otra razón y eso hace que se bloquee en una posición inferior empujando a las lumbares provocando una fijación de la pelvis en anteversión y como consecuencia una hiperlordosis.
- ¿Qué podemos hacer desde el yoga? Asanas que estiren el diafragma como Setu bandhasana o la postura del puente manteniendo los brazos atrás en el suelo estirando los pectorales y dejando que la gravedad nos ayude a que los órganos empujen el diafragma hacia su posición natural.
- Automasaje diafragmático con ayuda de los dedos de las manos por el contorno de las costillas favoreciendo su relajación con el suspiro y el bostezo.
LA FASE DEL GATEO EN LOS BEBÉS
La formación de las curvaturas se desarrolla progresivamente hasta que alcanzamos los diez años de edad aproximadamente. El feto, en el vientre materno dispone de una sola curva, una gran cifosis como una C. Al poco de nacer cuando el bebé empieza a mantener la cabeza erguida se forma la lordosis cervical. Durante la etapa del gateo aparte de favorecer el desarrollo neurológico y la comunicación de los hemisferios cerebrales, las curvas de la columna se van estructurando de manera adecuada por eso es importante no saltarse etapas y no tener prisa para que el bebé se ponga de pie.
DE LO DENSO A LO SUTIL…
Desde el punto de vista de la anatomía yóguica percibimos el canal central Sushumna Nadi como un eje energético por dónde el Prana, el aliento vital, fluye concentrando o disipando la energía en los vórtices electromagnéticos situados en siete puntos principales a lo largo de la columna vertebral. Cada centro energético o chakra, rueda, está asociado a determinados aspectos a potenciar en la relación con nosotros mismos y en la relación con el mundo. A medida que vamos ascendiendo y evolucionando con los aprendizajes que propone cada centro energético nos vamos situando en un estado de mayor estabilidad y de frecuencia vibratoria más elevada para que la energía kundalini enroscada como una serpiente en la base de la columna vertebral pueda despertar y con su movimiento ascendente facilitarnos la apertura de la puerta de la Conciencia Supramental, término desarrollado por el maestro de Yoga Integral Sri Aurobindo que dice que una vez hemos subido a la cumbre (Samadhi) toca el momento del descenso para vivir en el mundo con una mente más receptiva y creativa sintonizada a nuevas emisoras y nuevas frecuencias.
Dentro del cráneo, la columna vertebral y el sacro está el sistema más delicado del cuerpo, el Sistema Nervioso Central. Dentro de éste sistema cerrado hay un fluido llamado líquido cefaloraquídeo que puede ser empujado mediante técnicas específicas de yoga como los bhandas para poder elevar la energía del cuerpo hacia los centros superiores y de ahí al cerebro activando la glándula pineal asociada al tercer ojo o ajna chakra. La estimulación de los cilios de ésta glándula que tiene micro cristales con propiedades piezoeléctricas puede proporcionar una visión interna profunda captando información que trasciende los sentidos y que se mueve en el terreno de los campos electromagnéticos.
PASAJE INSPIRADOR en “El Bhagavad Gita”
El Bhagavad Gita es una parte del Mahabharata el mayor poema épico de la India. Es un diálogo entre Krishna que representa el maestro interno y Arjuna el buscador en su propia lucha interna. Krishna le habla a Arjuna del Yoga de la acción para lograr el equilibrio mental y le dice que hay que actuar desinteresadamente, desapegándonos de los frutos de la acción. Le dice “un verdadero yogui es el que realiza el trabajo que debe hacer y no busca frutos de él.” Krishna le cuenta un secreto, le dice que ha asumido una forma humana pero que él es el UNO y el ÚNICO, el Alma que mora en el corazón de todo. Y Arjuna le pide a Krishna que le revele su verdadera Forma. Krishna le abre a Arjuna el tercer ojo (Ajna chakra) y éste por un momento puede ver con un esplendor como si mil soles estallaran en el universo la forma sin límites de su Ser infinito. Así, Krishna le revela su verdadera identidad que es, a la vez, conciencia individual, y Brahman, manifestación creativa de la Consciencia cósmica. Para el Yoga pues nuestra esencia constitutiva es atemporal, no pertenece al tiempo, es no dual y, expresándolo en los términos de la física cuántica, es no local, es decir, está fuera del cerebro.
“La muerte no es lo contrario de la vida. La vida no tiene opuesto. Lo opuesto de la muerte es el nacimiento. La vida es eterna”. Eckhart Tolle
Namasté,
Eva Domènech